sábado, 5 de abril de 2008

Volviendo a Mi

-¿Qué pasa?- Me preguntó Mariana mirando hacia donde lo hacía yo.-Es él Mari, es él- dije mirándola con cara de preocupación.
-Uhh verdad, ¿Qué onda?¿Qué esta haciendo aquí?-
-No sé, no importa ahora. Vamonos- La tome del brazo y empezamos a caminar-.

No podía creerlo, mil preguntas tenía en mi cabeza loca ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿me buscaba a mí? ¿o a otra? Si me buscaba ¿tendría valor para enfrentarlo después de tanto tiempo y tanto dolor?, pero tenia que concentrarme, ahora teníamos un problema mayor “el supuesto domingo siete de Mariana”.


-¡Oye! Tienes que hacerte un test.
-Si lo sé, ahora mismo iré a comprar uno, pero quiero ir sola por favor no me acompañes- Me miró con cara de súplica.
-Bueno, luego te llamo entonces para saber que pasó- Le dije- y me despedí con un beso.

Ahora podía pensar tranquila.

Mi cabeza daba vueltas, mi corazón de solo recordar su cara latía a mil por hora, no había podido dejar de amarlo ni por un solo segundo desde que nos separamos. Su nombre era Maximiliano, extrañaba todo de él, sus besos esos labios pequeños pero grandes a la hora de besarme que cuando tocaban los míos me llevaban hasta el séptimo cielo, su olor que quedaba impregnado en mi ropa por largas horas desde que dejábamos de abrazarnos, la protección que me entregaba, solo quería que fuera yo a la que buscaba, pero ¿Por qué no me llamaba? ¿Por qué ahora y no antes? ¿Qué habría cambiado? Aun recuerdo ese momento en que todo se quebró en mil pedazos. Recuerdo que me citó en el café en el cual nos conocimos. Cuando lo vi llegar su semblante era distinto, su caminar era diferente todo había cambiado, me saludo con un frío beso en los labios el cual me hizo temblar hasta el alma, se sentó a mi lado y empezó a hablar mientras yo volaba entre mis pensamientos y pensaba que todo estaba terminando, cada parte de mi alma se trizaba mientras el hablaba.

-Tú sabes que yo … Bueno … eh … No quiero hacerte daño por eso es mejor que esto se acabe- Me tomó la mano, yo solo lo miraba y no podía creer lo que me estaba diciendo.
-Mi amor por ti ya no es lo mismo que antes …- Yo solo calle.
-No me hagas esto por favor … yo te amo …- Y empecé a llorar - No me dejes.-Lo miraba con lágrimas en mis ojos.
-No puedo más con esto, esta fuera de mis manos, lo siento- Me dijo mirándome a los ojos, me escondía algo yo lo sabía. Se paro de su silla, me miro fríamente y me dijo- Lo siento por favor perdóname, se me que me odiaras pero es lo mejor para ti tu te mereces algo mejor - y se fue.

Yo solo quería desfallecer. Vi su silueta alejarse de mi por largos momentos, de pronto me vi rezando pidiendo que volviera a pedirme disculpas pero no fue así. Dejo de llamarme su nombre nunca más apareció en mi celular, se había esfumado por completo de mi vida y ahora que estaba olvidándolo y el dolor estaba disminuyendo aparece pero ¿que quiere?. Iba pensando esto en el metro mirando hacia el otro vagón que estaba en frente mío de repente vi al chico de la plaza (no sabia como se llamaba porque no se lo pregunte el me tenia completamente loca con su voz y su mirada) mi corazón empezó a latir a mil por hora, nuestras miradas se cruzaron cuando sentí que mi celular estaba sonando, ¡era Maximiliano! No podía creer que me estuviera llamando, me había estado atormentando durante meses, llorando su ausencia desde que me dejó y ahora estaba volviendo, ¿Qué hacer?- dudosa conteste-.

-¿Aló?- el vagón partía y veía como el chico de la plaza se alejaba
- tu tu tu- Había cortado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hmmmmmmmmm la mina no debió contestar! br XD y el mino debería haberse llamado Felipe XD jajaja...

Un abrazo

Adiosh